#105 📡 La carrera hacia el 6G
Edge computing, beam-forming y la conectividad como herramienta geopolítica
Aunque el 5G no llegue ni a la mitad del planeta, hace un par de semanas se reunieron diez países de Occidente (incluidos EE. UU., Reino Unido, Finlandia, Suecia, Japón y Corea -la buena) y publicaron seis principios para los sistemas de telecomunicaciones 6G, para intentar dar forma al desarrollo y despliegue de esta tecnología emergente.
Qué nos traerá el 6G
Los seis principios se podrían resumir en tres innovaciones:
Frecuencias más altas y amplias (para enviar más datos)
Latencia más baja (reduciendo el tiempo para enviar esos datos), y
Edge computing incorporado (los datos se procesan más cerca del usuario, en lugar de enviarlos de vuelta a la nube)
La intención es que las primeras instalaciones ya sean capaces de alcanzar velocidades cinco veces superiores al máximo teórico del 5G, reduciendo la latencia a la décima parte, es decir, a 0,1 ms. Eso generará transmisiones en tiempo real, fundamentales en industrias como la medicina (mejor operar a corazón abierto sin que se tueste el aparato) o el automóvil (mejor que tu Tesla gire el volante antes de entrar en una calle prohibida).
Nos ayudará a hacer lo que ya hacemos, pero más rápido. Eso ayudará a escalar aplicaciones existentes y emergentes como hogares inteligentes, ciudades inteligentes, transporte automatizado, salud en remoto, entretenimiento inmersivo (Apple Visions y demás metaversos) y hasta el infinito y más allá.
El 6G también incorporará tecnología nueva y las llamadas frontier technologies: IA, beam-forming o big data.
Por supuesto, también están surgiendo algunos posibles inconvenientes. Por un lado, es probable que 6G sea más caro y consuma más energía: el cambio de 4G a 5G triplicó los costes y el uso de energía, y el próximo cambio a 6G parece aún más pesado.
Los otros retos nacen en torno a la seguridad. La escala y complejidad de 6G significa que tendrá una superficie de ataque más amplia, es decir, más datos y aplicaciones, más integradas en nuestra sociedad, lo que presenta más posibles vulnerabilidades.
¿6G en el 2030?
La carrera por el 6G ya está en marcha, con equipos de I+D avanzando en Finlandia, Suecia, China, Japón, Corea, EE. UU. y otras naciones. Los plazos aún son inciertos, pero el despliegue a gran escala de 6G podría comenzar a principios de la década de 2030.
La declaración conjunta es en parte para establecer estándares para la relación entre esta nueva tecnología y las personas, por ejemplo, dice que 6G debe ser "confiable, resistente, segura y proteger la privacidad de los individuos".
También se produce para establecer estándares en la relación entre la industria y el gobierno, por ejemplo, dice que 6G debe ser "liderada por la industria", pero también "protectora de la seguridad nacional".
Pero sobre todo, esta amplia declaración parece un intento de evitar lo que sucedió con 5G, que realmente tomó desprevenido al Occidente. El repentino nacimiento de China como motor del 5G ha llegado a cambiar las reglas en cuanto a:
Su capacidad para ofrecer infraestructura 5G de bajo coste ayudó a impulsar beneficios, la marca, el acceso y la influencia de China en prácticamente todos los continentes, y
Por mencionar la fragilidad de la seguridad, los gobiernos occidentales tuvieron que esforzarse por frenar la presencia de equipos 5G fabricados en China en sus propias redes (¿os suena lo de Trump vs Huawei?)
Por eso esta declaración conjunta sobre 6G (que no incluye a China) refuerza conceptos como la necesidad de que sea "ampliamente disponible y accesible para los países en desarrollo", al tiempo que garantiza que haya "cadenas de suministro seguras y resilientes".
El investigador Sam Howell resume todo esto muy bien:
El país que lidere el desarrollo y despliegue de 6G controlará una infraestructura crítica que es integral para la competitividad económica global, la seguridad nacional y el funcionamiento de la sociedad.