#128 ⚡Se busca genio tech para garantizar el origen renovable del hidrógeno
Nuevas oportunidades de negocio en el mundo del hidrógeno
En esta edición de Hola Mundo Tech hemos invitado a Adriana Guerenabarrena. Coincidimos en la universidad, concretamente como becarios en la oficina de Relaciones Internacionales de la Universidad Carlos III de Madrid. Y nunca fui capaz de decir rápido su apellido. Te lo confieso años después, Adriana.
Le pedí que nos hablara de energía y más concretamente del hidrógeno, por toda la experiencia que tiene en este campo.
Por un lado es la Jefa de Regulación y Análisis en la Asociación Danesa del Hidrógeno y las Células de Combustible (Brintbranchen para los amigos), impulsando el uso del hidrógeno en Dinamarca, clave para alcanzar los objetivos climáticos nacionales y europeos.
Además, representa a la industria de hidrógeno verde danesa en la asociación europea del hidrógeno (Hydrogen Europe).
Pero como le gusta decir a ella:
Soy una española "de pega", que lleva más tiempo fuera de España que dentro, ahora asentada en Copenhague, donde también me he naturalizado. Por casualidad acabé en el mundillo del hidrógeno verde, y ahora me mantiene despierta el cómo y el cuándo se construirá la infraestructura de transporte de hidrógeno desde Dinamarca hasta Alemania.
Se busca genio tech para garantizar el origen renovable del hidrógeno
Por Adriana Guerenabarrena
El hidrógeno es el elemento más abundante del universo. Pero no todas las móleculas de hidrógeno son creadas igual: Existe un color del arcoíris para cada método de producción. ¿Que por qué complicarnos la vida con darle colores a este elemento incoloro? Pues porque, como en todo, también en el mundillo del hidrógeno hay greenwashing. Y no, nadie se ha puesto a pintar átomos, pero hay una carrera para poder decir que lo que produce el vecino es peor que lo mío.
Si estás mínimamente al día de la realidad climática en la que vivimos, a ti (como a mí) sólo te vale el verde. Y quiero decir el verde de verdad, porque también hay tonos de verde. Por suerte, el Wild West de lo que cuenta como verde acabó en Europa ya el año pasado, gracias a los dos reglamentos delegados de la Comisión Europea que definen las normas sobre lo que cuenta como “carburantes líquidos y gaseosos renovables de origen no biológico” (abreviado RFNBOs, por sus siglas en inglés, que es la forma friki de llamar al hidrógeno verde y sus derivados). Las normas (encuéntralas aquí y aquí) dicen que, para que los RFNBOs cuenten en el cálculo de los objetivos de renovables de la UE, deben cumplir con lo siguiente:
Han de ser de origen no-biológico: Es decir, toda las renovables cuentan excepto la biomasa (o el biogás).
Deben reducir las emisiones en al menos un 70% comparado con la alternativa fósil (ya sé que te estarás preguntando por qué la reducción no es de un 100% si las renovables no emiten nada. ¡Muy buena pregunta, te la contesto por LinkedIn si me escribes!)
Sólo se pueden producir a partir de instalaciones de renovables nuevas. Por ejemplo a partir de un parque eólico o solar instalado recientemente. Esto es para evitar que la producción de hidrógeno renovable “quite” renovables a consumidores de electricidad renovable que ya estaban en el mercado anteriormente. Concretamente, esto evita que la producción de RFNBOs genere emisiones indirectas, porque si nos quitaran nuestras renovables a los consumidores tradicionales, habría que producir electricidad en otra parte (por ejemplo, con gas) para los que nos quedamos sin.
Los RFNBOs han de producirse al mismo tiempo y en el mismo sitio que la electricidad renovable utilizada en el proceso. “Al mismo tiempo” quiere decir dentro del mismo intervalo horario. “En el mismo sitio” quiere decir en el mismo mercado eléctrico. Es decir, que no vale comprar un certificado de una planta solar en España del año pasado para producir hidrógeno en Finlandia este año y ponerle el sello de calidad verde. Eso, a fin de cuentas, también sería greenwashing.
Con esto, tenemos hidrógeno verde para descarbonizar la industria europea (que hoy consume cantidades ingentes de hidrógeno fósil, producido fundamentalmente a partir de gas natural) y para nuevos usos, como por ejemplo para producir combustibles renovables para aviación y navegación.
Aunque estas normas tienen todo el sentido del mundo, tienen también muchos detractores – fundamentalmente del mundo fósil. Sobre todo desde que países terceros se han puesto a desarrollar sus normas copiando las europeas.
Uno de los muchos y variopintos argumentos en contra de estas normas “tan rígidas” es que es técnicamente complejo asegurar que la electricidad y el hidrógeno se están produciendo al mismo tiempo y en el mismo sitio todas las horas del año en que hay producción. Vaya, que el proceso de verificación y el “papeleo” subsecuente para demostrar que efectivamente se ha producido todo conforme a las normas es demasiado lío.
Y aquí es donde entráis vosotros, lectorxs de Hola Mundo Tech. Las partes más “restrictivas” de estas normas entran en vigor a finales de esta década, así que estáis a tiempo de desarrollar un nuevo negocio en este ámbito. Quizá sea porque en el sector energético casi todos son hombres boomer que todo lo imprimen y siguen usando tarjetas de visita; no exagero cuando digo que frecuentemente voy a reuniones con más personas llamadas “Peter” (os escribo desde Dinamarca) que mujeres. Pero cuando digo que “esto no hace falta hacerlo a mano” me miran como si hubiera dicho algo totalmente alienígena.
Yo no soy más que una entusiasta tech, que juego un poco en casa con Home Assistant, algo de Python y poco más, así que la tarea me queda grande. Pero no me puedo creer que ninguno de vosotrxs sea capaz de animarse con un poco de blockchain para automatizar y optimizar el proceso de verificación.