Los primeros 100 días de cualquier transición de carrera, ya sea un ascenso, un nuevo empleo o un movimiento lateral, ya empieces desde abajo o desde arriba, en cualquier tipo de empresa, son críticos y pueden determinar el éxito o fracaso con la nueva camiseta.
Aunque soy fan #1 de las posibilidades del teletrabajo, los 100 primeros días pueden suponer un reto aún más grande para los que empiezan en nueva organización que (a priori) no está del todo preparada para la transición de los recién llegados.
Empieces o no en remoto, hoy quiero indagar en estos seis ejercicios para acelerar tu ramp up y empezar con buen pie:
Define tus objetivos: KPI y OKR
Acelera tu curva de aprendizaje: onboarding plan
Crea relaciones: el poder de los cafés
Gestiona expectativas y cultura
Resultados: gana tu primera batalla
(De esta conocida historia salió la inspiración de este post👇)
Cuando en 1933 el presidente de los Estados Unidos de América, Franklin D. Roosevelt, entró por la puerta de la Casa Blanca, lo único que se encontró fueron problemas (¿te suena?). Entre toda esa montaña de marrones sobresalía uno, el más gordo, el padre de todos los problemas: la Gran Depresión. La crisis que estalló en las narices de su predecesor, Herbert Hoover, había llenado de paro y desesperación el Despacho Oval. Estaba todo perdido de problemas.
La administración de Roosevelt venía dispuesta a dinamizar la economía y a recuperar la confianza del país. Su plan: una política intervencionista para luchar contra los efectos de esta Gran Depresión, compuesta de una batería de medidas, leyes y programas de diversa índole a la que se denominó como New Deal.
Para reportar el progreso de las medidas del New Deal, Roosevelt se apoyó en un nuevo canal de difusión que entonces vivía sus primeros años dorados, y sobre el cual giró su estrategia de transparencia y cercanía: la radio.
Un 24 de julio, Franklin Delano Roosevelt, en los estudios de radio de la NBC, esperaba tranquilo la señal luminosa de ‘on air’ para dirigirse a más de 60 millones de norteamericanos. Damas y caballeros, el Presidente de los Estados Unidos.
-Amigos -comenzó Roosevelt-, me gustaría hablar con los ciudadanos de los Estados Unidos sobre las acciones llevadas a cabo en los últimos días; sobre por qué se han llevado a cabo, y sobre cómo deberían ser los próximos pasos. Creo que todos en esta administración queremos y debemos obtener la oportunidad de detenernos un momento y examinar y asimilar los acontecimientos surgidos en los cien primeros días desde la puesta en marcha del New Deal.
Fue la primera de una serie de intervenciones en la radio (duraron durante toda su presidencia hasta su muerte en 1944) llamadas fireside chats. Esta en concreto, inició la leyenda de los First 100 Days, que se mantiene hoy en día. Es una manera de mirar atrás y revisar lo que ha hecho el Presidente hasta la fecha.
Empezamos con las buenas noticias: los 100 primeros días es una etapa en la que tus preguntas no recibirán (aún) tomatazos. Estos primeros meses son una suerte de luna de miel con el nuevo puesto, pero también un termómetro de cómo te estás desarrollando, qué impacto has tenido en tu equipo y tu capacidad de influir.
Desafortunadamente, los líderes tienden a caer en varias trampas de transición que conducen a una serie de malas decisiones, pérdida de credibilidad y distanciamiento de sus potenciales aliados. Tendemos a asumir que lo que nos funcionaba en el puesto anterior, nos funcionará en el nuevo; sacamos conclusiones prematuras y nos apresuramos a tomar medidas antes de dejar las expectativas claras, conocer la cultura, construir nuevas relaciones y entender los nuevos canales de comunicación e información.
1. Tus objetivos: OKR y KPI
Esto es lo primero que debería quedar claro desde el principio: cuál es el problema y cómo vas a solucionarlo. Aunque los objetivos se empiezan a vislumbrar ya desde las entrevistas, es imprescindible que tanto tú como tu manager o las personas que te reporten, los tengáis claros.
Y para medir este curioso matrimonio, entran los OKR y KPI. Pondré un ejemplo para que quede claro:
Los OKR (Objectives and Key Results) establecen hacia dónde queremos dirigirnos. Ejemplo:
Objective: incrementar facturación de nuevos negocios en este trimestre
Key Result: cerrar 10 acuerdos de al menos 100.000 €
Los KPI (Key Performance Indicator) son las métricas que nos van a ir indicando la evolución del día a día, y el ritmo y calidad con los que nos vamos aproximando a los OKR. Siguiendo la dirección del OKR planteado, un ejemplo de KPI serían:
Número de leads contactados
Conversión lead a oportunidad
Conversión oportunidad a venta
2. El onboarding plan
Una vez entendida la dirección, la organización es la primera interesada en que tu curva de aprendizaje sea lo más corta posible. Es decir, que estés preparado y equipado con todos los conocimientos para que puedas desempeñar tu trabajo de manera autónoma.
Todo el mundo va a su bola y a toda leche, y puede que tengas o no la suerte de que tu manager o el equipo de HR te prepare un campamento de varios días o semanas de reuniones y trainings. Esto es el onboarding plan. Pero si no es así, te aconsejo que seas tú quien lo cree. Eres el primer interesado en ponerte al día:
Entender mejor el contexto sobre “where are we now”
Cómo están organizados los equipos
Quién es quién
Qué tareas o qué planes tiene este u otro departamento
Trainings sobre qué herramientas se usan para la comunicación (Slack, email, herramientas internas)
Auto-aprendizaje: bloquéate varios momentos para leer informes y papers que te ayuden
Reuniones 1-1 con tu manager en las que resolver las preguntas que has ido acumulando en la semana
3. Con quién te has tomado un café
O un té, o una cerveza, o una comida, o simplemente media hora de Zoom. Siguiendo el último punto del onboarding plan, las reuniones 1-1 juegan un papel fundamental en los primeros días en un nuevo entorno.
No sólo es una herramienta de socialización, sino que debes utilizar este tiempo para:
Alinear tus planes con otros equipos y departamentos
Ganarte adeptos y aliados
Crear tu equipo
Como siempre, jugaremos con un tiempo finito y una atención a más o menos el 80%, así que conviene prepararse bien las preguntas. Tú llevas la agenda. Para ayudar a estructurar el 1-1, propongo los siguientes temas (más ideas y ejemplos de preguntas aquí):
Soluciones como manager (tanto hacia arriba como hacia abajo) o el famoso “cómo puedo ayudarte”
Desarrollo de carrera
Motivación y satisfacción
Equipos
Cultura y vida en la empresa
4. Gestiona expectativas y empápate de la cultura
Recuérdalo: aquí tu eres el forastero. “Aquí las cosas funcionan así, hijo”
No habrá tomatazos a tus preguntas de rookie, pero siempre es mejor adoptar una posición de escuchar más que de hablar. Hay unas reglas de comunicación y metodologías nuevas que debes aprender. Los cafés con los veteranos de la compañía son ideales para este ejercicio.
5. Tus primeras batallas
Trata de asegurar quick wins tempranos:
Cerrar un acuerdo (esto es lo ideal) o una reunión estratégica
Training de algún área relevante de tu competencia (técnica, de ventas, de estrategia)
Sharing de tu antiguo rol/empresa con mejores prácticas
Este debería ser tu OKR de tus 100 primeros días: una victoria. La victoria del recién llegado te genera confianza propia y de tu entorno.
Durante la elaboración de este post descubrí al autor Michael Watkins, quien cubre también esta bonita etapa de cambios en su libro “The First 90 Days. Critical Success Strategies for New Leaders at All Levels”.