#98 🧑🏫 Apuntes sobre educación: ROI, cantidad y calidad (parte 1 de 2)
¿Por qué deberíamos invertir en educación por encima de cualquier otra cosa?
Cada vez tengo más conversaciones sobre educación.
Primero, porque nunca antes había invertido tanto en ella (escolarización de mi hijo) y segundo, porque trabajo con ella desde hace casi 2 años (en ODILO diseñamos proyectos educativos tanto para escuelas/universidades como para grandes compañías que buscan desarrollar líderes).
¿Qué es educación? Sí, claro, “educación” es un término muy amplio. Y depende de a quién preguntes, tendrás una respuesta distinta.
Pregúntale a un economista: “Educación es el resultado de una inversión de tiempo y dinero, anticipando futuras retribuciones."
Pregúntale a un sociólogo: “Educación es el proceso mediante el cual se transmiten conocimientos, valores y normas culturales, y que desempeña un papel fundamental en la construcción de identidades y en la reproducción de estructuras sociales.
Pregúntale a una madre: "La educación es la base para el futuro de nuestros hijos. Es el proceso de apoyar su crecimiento intelectual y emocional para que puedan tener una vida plena y exitosa."
Pregúntale al hijo de la madre: “Educación es aprobar los exámenes”
Pregúntale a un político: “Es responsabilidad del Estado garantizar el acceso a una educación de calidad para todos los ciudadanos. Vótenme, por favor y gracias."
En esta nueva serie de posts, trataré de contestar a las 2 preguntas que más resuenan en mi entorno:
¿Por qué deberíamos invertir en educación por encima de cualquier otra cosa?
¿Por qué deberíamos invertir más en educación primaria?
Cada pregunta será un post, y al final del mismo dejaré enlazada la bibliografía para los buzos que quieran bajar aún más a las profundidades.
¿Por qué deberíamos invertir en educación por encima de cualquier otra cosa?
La educación tiene una media de 10% de retorno sobre la inversión, y ésta es mayor para personas con niveles socioeconómicos más bajos.
En la carrera me topé con una de esas asignaturas por las que no dabas un duro. Una optativa que cumplía dos requisitos: me daba más créditos de las demás y tenían menos horas de clase.
Esa asignatura se llamaba “Fuerzas Dinámicas del Crecimiento Económico” y cambió mi vida.
En esa zona gris que viví con el cambio del sistema tradicional o “te lo juegas todo a un examen” al sistema de Bolonia o “no hay examen final, lo importante es el camino”, esta asignatura de Fuerzas Dinámicas era el ejemplo perfecto de lo segundo. En esa decisión de apuntarme porque había menos clases no leí entre líneas la frase “ensayos semanales”. Cada semana, el profesor, un alemán afincado en España llamado Stefan Houpt, nos compartía informes y papers sobre los más diversos y variopintos temas, con el propósito de que entregáramos un ensayo con las conclusiones del mismo. Vamos, que leíamos y escribíamos un huevo. Pero esto nos ayudaba a pensar por nosotros mismos, a aclarar nuestras ideas y narrativa en papel (link al post de “escribir más y mejor”) y culminaba en interesantísimas conversaciones en clase cada semana.
¿Por qué las colonias españolas y portuguesas en América son hoy más pobres que las colonias británicas?
¿Por qué la educación primaria tiene un mayor retorno que la secundaria o la universitaria?
¿Por qué las naciones basadas en el confucianismo y el protestantismo han prosperado más económicamente?
Son algunas de las preguntas con las que nos retaba cada semana. Por qué, por qué, por qué. Siempre en el contexto de una carrera de Administración y Dirección de Empresas, donde el valor económico y productivo primaba sobre los demás.
En uno de esos ensayos me expuse por primera vez al dato del impacto de la educación. Por primera vez estrechaba la mano de las fórmulas matemáticas y sociales que validaban esa frase que tantas veces escuché decir a mi madre: “tú estudia y luego haz lo que quieras”.
La educación es la base de cualquier nación
De "La Riqueza de las Naciones" de Adam Smith, un libro con solera y que muchos hemos tocado en épocas de codos, sacamos tres ideas fundamentales sobre la educación:
Importancia de la inversión en educación: el bueno de Adam enfatiza la importancia de la educación en el desarrollo de las habilidades y el conocimiento de la población como un factor crucial para el progreso económico y social. Considera la educación como una inversión individual que mejora las perspectivas de empleo y contribuye al crecimiento económico al aumentar la productividad de los trabajadores.
Papel del gobierno: Smith aboga por un papel limitado del gobierno en la educación (el famoso laissez-faire), sugiriendo que la oferta y la demanda pueden ser eficientes para proporcionar educación de calidad.
Educación para ciudadanos informados: aquí aboga por una educación que forme ciudadanos informados y responsables, capaces de participar en la vida pública y comprender las implicaciones de las políticas gubernamentales. Muy en boga cada cuatro años y en tiempos de amnistías.
Cómo se mide la educación
El tiempo que pasamos aprendiendo y la eficiencia en la adquisición de ese aprendizaje, ¿determina que la educación ha sido mejor?
¿Deberíamos pensar que si meto 1 euro hoy en mi educación, obtendré 2 mañana?
Si soy un país e invierto 1.000 millones de euros hoy en educación, ¿mejorará mi PIB en 2.000 millones mañana?
Los países se construyen y destruyen por las personas, thanks Captain Obvious. Pero pongámonos en el escenario de que los países crecen.
A la hora de incorporar la educación en los asientos contables del crecimiento, no son pocos los problemas que se plantean en cuanto a su medición; prueba de ello es la omisión de importantes variables en relación con la parte connatural del individuo o los imperfectos modelos de signalling actuales (¿por qué un MBA tiene mayor retorno en EEUU que en Portugal?, ¿por qué un colegio privado del sistema británico es mejor que uno público?)
El impacto de la educación en la economía resulta del valor agregado de la calidad y la cantidad de dicha educación.
La cantidad es la parte más sencilla de calcular, pues de ella dependen los años de escolarización. El nivel de ingresos está relacionado de forma logarítmica con los años de escolarización: a mayor cantidad de tiempo, mayor ingreso per capita.
La calidad se presenta como una variable mucho menos tangible. Los test internacionales, tales como el programa PISA (Programme for International Student Assessment) de la OECD o el test TIMSS (Trends in International Mathematics and Science Study) se encargan de evaluar las habilidades de un cohorte específico de estudiantes en determinadas áreas del conocimiento.
Ambas partes, cualitativa y cuantitativa, no pueden ser consideradas por separado pues una mayor calidad en la educación implica una mayor demanda educativa.
Una historia de milagros económicos
Después de la Segunda Guerra Mundial, la región de Asia Oriental albergaba a varios países que se encontraban entre los más pobres del mundo. Caracterizados por altos niveles de analfabetismo y devastados por las secuelas de guerras y conflictos civiles, las perspectivas de la región no eran muy halagüeñas. Se pensaba que eran los países de África y América Latina los que de verdad iban a experimentar un rápido desarrollo. Sin embargo, no fue así.
Entre 1965 y 1990, ochos países del este asiático batieron todos los récords en términos de crecimiento económico. Un boom económico sin precedentes: Japón, los denominados “tigres asiáticos”– Hong Kong, Corea del Sur, Singapur y Taiwan– y los tres NIE, (Newly Industrialized Countries o Países de Reciente Industrialización): Indonesia, Malasia y Tailandia.
Mientras a Gran Bretaña le llevó 58 años duplicar su ingreso per cápita real a partir de 1780, o a EEUU le llevó 47 años desde 1839, Corea del Sur lo logró en 11 años a partir de 1966.
Gran parte del milagro asiático nació por dos razones: el principio de desarrollo compartido y la intervención selectiva del Estado en educación. El primero, los líderes de estos ocho países decidieron compartir el crecimiento de sus países, abriendo sus fronteras y creando instituciones que hicieron fluir la información entre aquellos con el objeto de atraer inversores así como programas de desarrollo.
La intervención selectiva del Estado en educación
Los errores y aciertos de las naciones que se desarrollaron antes (Gran Bretaña o Estados Unidos) fueron fuente de inspiración de los países asiáticos: el énfasis en la educación básica.
El retorno de la educación primaria es el más elevado de sus tres etapas, por ello la fiesta corrió por cuenta del Estado, dentro de sus programas intervencionistas, facilitando poco a poco el acceso hacia una educación superior. Este camino se vio favorecido por el menor ritmo de crecimiento al que se sometió la población, pudiéndose asignar más recursos por estudiante, lo cual incrementó significativamente no sólo la cantidad sino también la calidad de la educación primaria.
Es en el siguiente escalón de la educación donde el sector privado entró en juego, siempre bajo la atenta mirada del Estado aunque con una menor dosis de intervencionismo. La educación comenzó a percibirse como una inversión en personas que llegarían a formar parte de un mercado de trabajo y que por tanto debía ser dirigida en consecuencia para cubrir eficientemente las necesidades de aquel. En este punto, las estrategias adoptadas por los distintos países difieren. Corea, Japón y Taiwán optaron por un modelo de educación superior financiado con capital privado, convirtiendo a las escuelas en centros que dependían de las tasas de las matrículas de los estudiantes; debían utilizar esos fondos de la manera más eficiente posible pues su subsistencia dependía de ello.
Muy diferente fue el caso de Singapur, que dependió exclusivamente de fondos públicos en educación superior. A pesar de lograr excelentes resultados en términos de calidad, el nivel de matriculación quedó muy alejado de las cifras de sus vecinos.
El problema de la trazabilidad
A pesar de todos estos estudios macro, es complejo dar con la fórmula del ROI de la Educación. Es complejo imputar que si yo invierto 1 € en formar a una persona, obtendré al menos otro euro de creación de valor. O quizás es un enfoque simplista, puesto que es el trabajo de toda la orquesta quienes forman parte de esta fórmula matemática: ciudadanía, gobierno, familia o estado de la economía.
Bibliografía
“Returns to investment in education: a decennial review of the global literature”, George Psacharopoulos & Harry Anthony Patrinos (2018)
“The Economics of Education in Adam Smith’s ‘Wealth of Nations’ ”, Journal of World Economic Research (2014)
“La Riqueza de las Naciones”, Adam Smith (1776)
“The East Asian miracle : economic growth and public policy: Main report (English)”, World Bank (1993)
“Growth effects of education and social capital in the OECD countries”, OECD Economic Studies, Temple, J. (2001)
Si quieres apuntarte a Fuerzas Dinámicas del Crecimiento Económico, primero tendrás que matricularte en la Carlos III.